Después de una lesión o cirugía, al paciente se le inmoviliza la zona, para que la recuperación sea adecuada.Esta inmovilización es útil, pero también acarrea consecuencias
negativa y generar unos problemas por este tratamiento.
Los problemas que se pueden generar son por ejemplo disminución de la aptitud cardiovascular, fuerza y amplitud de movimiento de la zona. Esto sucede cuando a un paciente le inmovilizan un brazo o una pierna, por ejemplo.
Uno de los problemas importantes relacionados con la inmovilización es la atrofia muscular, o la pérdida de fuerza muscular y tamaño del grosor del músculo, que comienza alrededor del día 10 a partir de la inmovilización.
Para recuperar la fuerza y el tono muscular el fisioterapeuta enseña ejercicios adecuados para ello.
La recuperación de la movilidad de la extremidad lesionada una vez que se ha quitado el soporte inmovilizador, se realiza mediante ejercicios y maniobras específicas que ayudan a volver al movimiento natural que tenía antes de la lesión.
Con el uso diario, su longitud muscular y el movimiento articular suele ser recuperado, sin embargo, un fisioterapeuta le puede ayudar a progresar más rápidamente y de forma más segura a través del ejercicio, estiramientos, y otras terapias.












